Nos mostró un señor, su conocimiento, a
través de las cuevas, las cuales, eran escondites, conservas, refugios de
guerra y un largo etcétera de sin saber.

Sus paredes, que llevan el mínimo
ruido al otro lado de la habitación, tienen sus secretos intactos, ya que sólo
se abrieron siete hoyos, seis en la guerra civil, y uno, para rodar la película
de Tintín, junto al capitán y su estimado perro. Aún quedan treinta y seis que no han desvelado su misterio, pero, quién sabe, quizá no haya nada.
Hoy en día casi
nadie sabe su historia, quedó en un simple patio donde la gente se reúne sin saber que tienen un pedazo de historia bajo sus pies.
Texto realizado por Cristian Font
Alumno del PFCB de Cocina